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Cuando se habla de tequilas de calidad, el reposado y el añejo son los favoritos de quienes buscan algo más complejo que un blanco, pero con perfiles diferentes según el momento.
Si estás decidiendo cuál llevar a tu mesa, regalar o disfrutar en una celebración, esta guía te ayudará a elegir con seguridad.
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El tequila reposado se madura entre 2 y 12 meses en barricas de roble.
Este breve descanso le aporta:
Es la categoría favorita de quienes buscan suavidad y equilibrio sin perder la frescura del tequila.
El tequila añejo se envejece entre 1 y 3 años en barricas, desarrollando un perfil más profundo y sofisticado:
Es perfecto para quienes disfrutan los destilados tipo whisky o ron premium.
Maduración
2–12 meses
1–3 años
Sabor
Suave, equilibrado
Profundo, complejo
Aroma
Toques de vainilla y miel
Madera tostada y especias
Color
Dorado
Ámbar intenso
Ocasión ideal
Comidas, reuniones, regalos informales
Celebraciones especiales, degustación lenta
Su suavidad combina con carnes ligeras, tacos, parrilladas y reuniones casuales.
Es una botella que siempre se percibe premium y especial.
Solo, en vaso corto, sin prisas.
Aporta balance sin dominar el sabor.
En Altísima, trabajamos ambos mundos con procesos artesanales de tierras altas, logrando tequilas con:
Agaves seleccionados
Cocción tradicional
Barricas seleccionadas
Lotes pequeños
Perfiles aromáticos balanceados
Reposado Altísima: suave, vainilla ligera, toques de agave.
Añejo Altísima: profundo, especiado, cálido y elegante.
Obsérvalo: color uniforme y limpio.
Prueba un sorbo lento: siente la evolución en boca.
Huélalo: detecta notas dulces, tostadas o especiadas.
Final: un reposado cierra suave; un añejo, prolongado.